miércoles, 19 de diciembre de 2012

"Ellos rompen el mundo", de Boris Vian

Ellos rompen el mundo
En pequeños trocitos
Ellos rompen el mundo
A golpe de martillito
Pero a mí me da lo mismo
Me da lo mismo
Bastante queda para mí
Me queda bastante
Me basta con amar
Una plumita azul
Un camino de arena
Y un pájaro perezoso
Me basta con amar
Una delgada brizna de hierba
Una gota de rocío
Y un grillo del monte
Ellos pueden romper el mundo
En pequeños trocitos
Bastante queda para mí
Me queda bastante
Tendré siempre un poco de aire
Un hilillo de vida
En el ojo algo de luz
Y el viento en las ortigas
E incluso, e incluso
Si me meten en la cárcel
Bastante queda para mí
Me queda bastante
Me basta con amar
Esta piedra pulida
Estos ganchos de hierro
Donde queda un poco de sangre
La quiero y la quiero
A la tabla de mi cama dura
Al jergón y a la armadura
Y el polvo en el sol
Me gusta el ventanillo abierto
Y los hombres que entran
Que avanzan, que me llevan
De nuevo a la vida del mundo
Y a encontrar el color
Me gustan esos largos montantes
Ese cuchillo triangular
Esos señores negramente vestidos
Es mi día y estoy orgulloso
Lo quiero y me gusta
Esa panera llena de ruido
Donde poso mi cabeza
Oh, sí, la quiero convencido
Me basta con amar
Una briznita de hierba
Una gota de rocío
Un amor de pájaro perezoso
Ellos rompen el mundo
Con sus pesados martillos
Bastante queda para mí
Queda bastante, corazón mío.

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